Ficha Nunca en Horas de Clase


  • No la has puntuado
  • No has insertado crítica
  • No has insertado curiosidades
  • No has insertado ningun error


Críticas de Nunca en Horas de Clase (1)


Mad Warrior

  • 13 Oct 2022

2



Limpias, modositas, recatadas, finas, dignas, muy atractivas y llenas de vitalidad, las chavalitas pijas parece que tienen el mundo a sus pies, y es que se lo están ganando a pulso.
Porque bajo esa piel de corderas se esconden unas zorras mentirosas, desvergonzadas, traidoras, repelentes, ninfómanas...es el sino de la juventud, y tenemos que cargar con él.

El catalán José Antonio de la Loma siempre fue un hombre con muchas narices y carácter, y sus obras hablan por sí solas; experto en la acción, la crudeza y el movimiento, ya distrajo lo suficiente al público con sus fábulas ¨noir¨ y ásperos ¨thrillers¨ de sabor americano. En el instante en que fallece Francisco Franco y España entra en un inesperado periodo de transición, a su cine le pasa lo mismo que a esa sociedad reprimida durante tantos años: que explota; ¨Perros Callejeros¨ inicia realmente el cine ¨quinqui¨, abrasiva y bruta visión de lo que era la Barcelona más suburbial del momento a través de una joven generación absolutamente condenada al abismo.
Es la comunidad donde mejor se vive el paso de una etapa a otra; con la legalización de los partidos comunistas, las elecciones de 1.977 y la llegada de la Constitución, se puede decir que la libertad ha llegado, cosa que los jóvenes confunden con libertinaje. De la Loma desea captar ese ambiente, el de las llamadas Jornadas Libertarias celebradas en el parque Güell; vuelve a dirigir su mirada a la calle, pero esta vez deja los caminos polvorientos del extrarradio y los desvencijados suburbios y se mete de cabeza en el centro de la ciudad, para explorar con lupa a esa (contra)cultura juvenil que ha surgido.

Sin embargo, donde lo conseguía en su anterior película gracias a la acción, al suspense, al relato policíaco y a la crítica social, fracasa estrepitosamente en ¨Nunca en Horas de Clase¨, enfocando la historia alrededor de los colegios de pago y sus estudiantes, pero proclamando la total corrupción en ellos. Su modelo es la Angélica a la que da vida Nadia Windell, nacida de familia de clase media-alta, se muestra ante sus padres y maestros como una señorita muy digna y respetuosa, pero sólo se oculta mostrándose, pues no tarda en dejar salir su ¨yo¨ verdadero de rastrera, hipócrita y zorra repulsiva, sobre todo al llegar la noche.
Una noche que pertenece a una chavalada empapada de las modas que han entrado del extranjero, las ideas ¨liberales¨, el sexo desenfrenado sin pasión y la droga, antes de la llegada de la heroína; por desgracia el director no construye una trama auténtica sobre la que sostener las sórdidas, depravadas y no poco caricaturescas secuencias que nos lanza a los ojos como puñales. Básicamente veremos deambular de acá para allá a la protagonista junto a su panda de amigas por pubs y discotecas atestados de humo, alcohol y sudor a la caza de hombres maduros.

¿Y por qué? Porque De la Loma se empeña en hacernos ver la debilidad de los hombres pre-Transición contra la juventud posfranquista, un duelo de sexos donde ellos quedan como viejos pervertidos, cobardes y patéticos y ellas como ingeniosas mujeres fatales que saben aprovechar su atractivo para robar el dinero a los anteriores; pero el guión no hace distinciones entre hombres y mujeres: todos y cada uno de ellos está tocado por lo abominable y detestable, todos huyen, se esconden o se arrastran y no hay coraje ni dignidad que valga.
Una de las situaciones alrededor de la cual más se centra el ¨argumento¨ es una ridícula apuesta de Angélica con una compañera: lograr seducir al benevolente y permisivo director del colegio, quien desarrollará un especial interés en ella. Entre estas correrías y fechorías urbanas, un sistema educativo fracasado que no puede permitirse aplicar la mano dura debido a la democracia y al progreso liberal de la sociedad, y unos padres que simbolizan la arcaica tradición de una generación dormida e ignorante con respecto a la siguiente, sus hijos, rebeldes e incombustibles. Pero De la Loma relata todo esto desde un punto de vista tan satírico y agresivo como grotescamente cómico.

Es como si revirtiera la esencia más desenfadada y cachonda del cine del destape, capitaneada por Mariano Ozores (queda plasmado en ese tramo en el que el mismísimo José Luis López Vázquez, que no quiero saber cómo llegó aquí, es engañado por Angélica...uno de los mitos de dicho cine, el macho español, maduro y curtido que se ha equivocado de película, pues termina vencido por la jovencita, quien, en una de las suyas, se habría llevado a la cama con total sumisión), y pervirtiera las hazañas discotequeras y las aventuras juveniles de las muy influyentes ¨Fiebre del Sábado Noche¨ y ¨American Graffiti¨.
Pero el catalán lo hace sin ninguna gracia, acudiendo a la tediosa repetición y a la mofa autoparódica, y lo peor de todo: dejándose mil millones de cabos sin atar, de subtramas y personajes sin desarrollar cuando la película se acerca peligrosamente a un final descacharrante que es también un guantazo en la cara del progreso social. Cuando ese Carlos Ballesteros como el director promulga a viva voz y con total desparpajo la caída total de los valores morales, la corrupción del sistema, la celebración de la perversión, el final de la decencia, en resumen: la victoria de la democracia, que va par a la del libertinaje.

Entre las subidas de tono, unos diálogos llenos de trasnochada jerga adolescente, un humor socarrón y alocado que no pega ni con cola en esa trama sin sustento, confusa, a medio contar y cogida con pinzas, y un pobre reparto que se presta a interpretar a una retahíla de personajes aborrecibles, éste podría ser uno de los títulos más aburridos y torpes del ¨quinqui¨, aunque ni siquiera podría encajarse en este subgénero como tal...
De la Loma se redimiría por esta chapuza con la secuela de ¨Perros Callejeros¨ al año siguiente, la mejor de la trilogía.



Me gusta (1) Reportar

Ver todas las crítica